Hoy quisiera hablarles de este arte particularmente liberador. Comenzaré por definir al Zendala como la combinación del Zentangle con el círculo mandálico. Y para comprender la diferencia entre un Zentangle y un Zendala, mencionaré sus aspectos generales: el Zentangle está enfocado al desarrollo de una técnica basada en estructuras y patrones, el Zendala hace foco en la expresión más allá de la forma.
Por medio de ambas creaciones se logra potenciar nuestra imaginación, permitiéndonos descubrir que nuestra creatividad vuelve a su estado libre y fluido, tal como la de un niño en sus juegos. Si bien un Zendala, como mencionábamos anteriormente, surge de la unión entre el Zentangle y el círculo mandálico, no lleva consigo ninguna estructura previa, ya que se trata de una creación absolutamente intuitiva, ligada fundamentalmente con la liberación del inconsciente a través de la expresión artística.
Habitualmente tendemos a dejarnos guiar por nuestros patrones conocidos, lo que nos dificulta el hecho de crear algo nuevo, haciéndonos pensar que nuestra capacidad creativa es limitada. Es por esto que, al iniciarse en el arte del Zendala y transitar esta experiencia, nos es posible reencontrarnos con un universo maravilloso: el de nuestras propias creaciones. Así es como la creación de un Zendala resulta ser una experiencia personal fascinante, disponiéndonos a la relajación y concentración, capaz de elevarnos al estado de meditación activa, de armonía interior.
Para que esta experiencia resulte gratificante y sanadora es necesario dejarse llevar libremente, sin juzgar lo que brote de nuestro interior con preconceptos tales como “bueno” o “malo”, “lindo” o “feo”… Esto significa que, mientras menos se piense en lo que se está dibujando, más logrado será el ejercicio. El objetivo de este proceder es poder conectarse con la creatividad tal como se da en los niños, sin ideas previas, simplemente dibujando lo que a uno le viene a la mente de la manera que le salga.
Así es como esta técnica lleva consigo la capacidad de liberarnos de los prejuicios, detrás de los cuales se esconde nuestra imperante necesidad de creación y originalidad, ya que todo es creación intuitiva. Y no hay errores ni equivocaciones, se trata de buscar el propio equilibrio dentro de nuestras acciones: si hemos realizado un trazo, o incluido un color o una figura que sentimos que no favorece la armonía del dibujo, esta sensación de desequilibrio nos brindará la posibilidad de generar un nuevo trazo, agregar otro color o realizar nuevas combinaciones dentro del Zendala a fin de buscar y finalmente encontrar el equilibrio deseado. De esta manera vamos adquiriendo con cada dibujo la capacidad de buscar y crear alternativas, capacidad que luego descubriremos reflejada en nuestras acciones cotidianas de manera sorprendente.
Espero que estas palabras inspiren a quienes las lean a darse la oportunidad de probar crear un Zendala y dejarse llevar por los infinitos senderos de la imaginación, sin miedos ni especulaciones, simplemente paseando por uno mismo y permitiéndose disfrutar del autoconocimiento.
Helena Líndelen
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Artículo publicado en: http://sanacionnatural.net/zendala-un-arte-liberador/
Helena Líndelen © 2014, Profesora de dibujo y pintura de Mandalas www.helena-lindelen.blogspot.com Todos los derechos reservados.
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