Tanto es así que uno de nuestros órganos vitales, el cerebro, está dividido simétricamente en dos partes: el hemisferio izquierdo, relacionado con la lógica y la razón, y el derecho, que se corresponde con la intuición, según los expertos.
Comenzaremos por definirla: La simetría es, tal y como recoge el diccionario de la Real Academia de la Lengua, la correspondencia exacta en forma, tamaño y posición de las partes de un todo.
En cuanto al dibujo, la simetría queda supeditada a la relación de los elementos de la composición con relación al soporte, es decir cuando el plano es dividido visualmente en dos o más partes iguales y cada una de ellas es recíproca a la otra. Existen cinco tipos de simetría:
• Simetría Axial Especular: Esta simetría responde a iguales características que la axial, con la diferencia que el reflejo queda desfasado con respecto al eje axial que origina la simetría.
• Simetría de Rotación: Partiendo de un centro la imagen principal rotará en torno a éste, sin alterar el tamaño de la forma original.
• Simetría de Crecimiento: Es de crecimiento o expansión, ya que la forma crece modificando su tamaño a partir de un origen. Este tipo de simetría, se aplica mejor con figuras elaboradas preferentemente a base de línea o con alternancia tonal.
• Simetría de Traslación: Cuando la figura generadora cambia de tamaño y de ubicación dentro del plano, manteniendo una relación con la figura anterior, en su alineación sea esta sobre la horizontal o la vertical.
Estos tipos de simetrías pueden encontrarse tanto en los Zentangles como en los Mandalas, donde a veces se incluyen de manera intuitiva y otras de modo intencional. En el caso del Mandala, en su estructura vemos un círculo (en ocasiones un cuadrado), contenedor de formas o motivos distribuidos siguiendo una simetría radial (de crecimiento y/o de rotación). Es decir, todo parte o llega al centro. Esta misma es la disposición del Universo, de la vida: un punto central o divinidad del que todo parte y al que todo regresa. Y si prestamos atención, vemos Mandalas continuamente a nuestro alrededor: una margarita, los círculos concéntricos que se forman en el agua al arrojar un objeto, una tela de araña, el Sistema Solar, los niños jugando en corro mientras uno queda en el centro…
Dibujar o pintar un Mándala es una excelente manera de interiorizar la experiencia de la simetría, y es muy sencillo de hacer ya que actualmente uno puede darse libertades creativas para desarrollar este arte. Uno puede simplemente pintarlos con lápices, acuarelas o crayones y dejarse llevar por la inspiración, pintar según nos vaya sugiriendo la conciencia, nuestros estados de ánimo y nuestro pensamiento, o ir adquiriendo con el tiempo la destreza que hará que estos dibujos se tornen cada vez más complejos, pudiendo reflejar en sí la profundidad de nuestro ser. Aquí, como en todo proceso creativo de modo consciente, intervienen las dos mitades de nuestro cerebro: la parte más intelectual (izquierda) y la parte más emocional (derecha), equilibrándose así las emociones y el intelecto.
Los invito a que, cada uno a su modo, a partir de este pequeño artículo encuentren el momento para desarrollar sus propias vivencias en relación a la simetría, a fin de experimentar esta maravillosa experiencia.
Helena Líndelen
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Artículo publicado en: http://sanacionnatural.net/la-simetria-en-nuestras-vidas/
Helena Líndelen © 2014, Profesora de dibujo y pintura de Mandalas www.helena-lindelen.blogspot.com Todos los derechos reservados.
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